Tomando
infusión de coca que nos regalaron ayer, me da por escribir algunas impresiones
que tuve en el estreno de la película "Insurgentes" y la visita de
Evo Morales a Madrid.
La Gran Vía
estaba de por sí abarrotada en fechas cercanas a la Navidad, lo que hizo que la
espera en la entrada del Cine Capitol fuese realmente agobiante. Dos enormes
carteles promocionales de la película se exhibían en el cine, y entre ellos una
enorme foto de Evo con el título "Presidente de la República Plurinacional
de Bolivia, EVO Morales".
Entre agentes
de la UIP abriendo espacio para un recibimiento oficial, trato de asomar la
cabeza entre la muchedumbre para ver si veo llegar al líder boliviano, pero mis
intentos son fallidos. Al final entramos prácticamente los últimos, subimos las
escaleras hasta el mirador y tomamos nuestros asientos, donde nos espera una
bolsita con la bandera de Bolivia y del movimiento indígena, dulces de coca y
un paquete de mate de coca.
Con cerca de
una hora de retraso, por fin salen a la tribuna la embajadora de Bolivia en
Madrid, Carmen Almendras, y el presidente Evo Morales. La expectación es, desde
luego, ante el discurso de éste último.
Evo hace un
breve repaso a la situación indígena en Bolivia y a su experiencia en los
movimientos sociales, además de las campañas de desprestigio ante su figura
(hablamos de un hombre acusado de narcotraficante por defender los derechos de
los plantadores de coca, una planta tradicional de las culturas indígenas, y
sobre el que se han volcado directamente insultos racistas por ser un indio que
aspiraba al poder). Destacable la anécdota de su primera visita a Europa, donde
es invitado a la casa de un campesino francés que tiene teléfono y ducha
(¡caliente, además!) y un garaje a control remoto, "lujos" todos ellos
impensables para la mayoría de la población agraria boliviana.
Hace una
enumeración de los logros de sus 7 años de gobierno:
"Los servicios básicos no pueden ser de dominio privado, tienen
que ser de servicio público. ¿Cómo puede ser el agua, que es la vida misma, un
derecho privado?"
"La empresa está aquí (en Bolivia) para ganar, no para
saquear".
"Ahora es el 80 por ciento para los bolivianos y el 18 por ciento
para las empresas. Eso es la nacionalización, eso ha hecho cambiar la economía
nacional" (habla de la nacionalización de los hidrocarburos, antes la
proporción era inversa)
"La inversión pública en Bolivia en 2005 era de 600 millones de
dólares (464 millones de euros), de esos 600 millones, el 70 por ciento eran
créditos o procedían de la cooperación, sólo el 30 por ciento de la inversión
era de los bolivianos. Este año llegamos a los 6.000 millones de dólares(4.641
millones de euros) de inversión"
En mi opinión,
y ando con pies de plomo pues conozco poco la realidad boliviana, tanto Evo Morales
como Correa o Chávez son el intento de llevar la socialdemocracia a América
Latina. Esa imagen de radicalismo se da ante la derechización de todo el
panorama internacional y la crudeza tradicional de los métodos de expolio del
capital en este continente, que pretenden negar cualquier mínimo avance o
cambio de rumbo.
No creo que
deba caerse en los personalismos y mitificaciones que se fomentan desde estos
Estados (Bolivia no es excepción, como vimos con la película), ni olvidar que
siguen siendo países capitalistas, donde persiste la lógica del capital (aunque
sea del capital nacional) y, por lo tanto, defenderán determinados intereses y
reprimirán cuando "tengan que hacerlo". Ejemplo de ello es la
represión del propio gobierno boliviano hacia movimientos indígenas que
protestaban contra la construcción de una autopista el año pasado.
Sin embargo,
tampoco debemos ser más papistas que el Papa e ignorar la importancia que
tienen estos procesos tanto a nivel global como a nivel de sus propias
poblaciones, el significado de que el primer líder indígena de América Latina
llegue tras 500 años de explotación y la resistencia del capital internacional a
que lleven a sus poblaciones mejoras del nivel de vida que cualquier persona
debería considerar básicas. Tampoco debemos ignorar el contexto hostil en el
que esto sucede, y los sistemas de propaganda y personalismo que se están
desarrollando tanto en contra como a favor de Venezuela, Ecuador y Bolivia.
Aún así, es
interesante que venga Evo Morales a un país donde las políticas de ajuste
neoliberal están hundiendo la economía, a contar los importantes avances que se
han llevado a cabo en Bolivia tan sólo por seguir el camino contrario. Son el
tipo de discursos que, a pesar de todo, no deberían darse en un cine ante gente
ya convencida, sino que deberían ser escuchados por buena parte de la población
de este país...
En conclusión,
no pondría la mano en el fuego por Evo Morales ni su gobierno, mi óptica es y
será libertaria, pero aún así hay que valorar y comprender estos procesos de
cambio y movilización en todas sus consecuecias (tarea mucho más difícil que
repetir discursos).
Mención aparte
merece la película "Insurgentes", con una estética visual y una
estructura narrativa tan lenta y pesada que creo que aumentó el dolor de cabeza
que ya arrastraba durante todo el día... La propaganda gubernamental es obvia
(las tres escenas en las que sale Evo Morales son épicas); tan obvia que ha
causado polémica en Bolivia incluso entre los movimientos sociales y los
seguidores/as de la obra del cineasta de culto Jorge Sanjinés...
Ahora tengo
pendiente ver otras de sus películas, como "La nación clandestina",
considerada por much@s la mejor obra del cine boliviano, para juzgar
"Insurgentes" en su contexto.